Uno de los calzados estrella del verano son las chanclas. Hay mucha gente que las utiliza durante todo el día y para diferentes actividades, sobre todo es frecuente en los jóvenes. Y aunque haga calor, usarlas de manera habitual no es una buena idea, ya que en el fututo puede traer problemas. Según Beatriz Hernáez, podóloga del Hospital Vithas Nisa Sevilla, “el uso de las chanclas debe limitarse a la playa, piscinas y duchas públicas, para evitar afecciones dérmicas”.
Actualmente se considera un calzado de moda, pero no nos olvidemos que ya se usaba en la época de los faraones. “Este tipo de calzado tiene una utilidad muy concreta y debe evitarse su uso inadecuado, ya que las ventajas pueden transformarse en patologías del pie a medio y largo plazo, afectando de esta manera a la biomecánica de la marcha y traduciéndose en problemas de miembros inferiores y de columna”, añade Hernáez.
Tras la Segunda Guerra Mundial, los militares las llevaron como regalo de recuerdo a los Estados Unidos para que las mujeres las usaran en casa, pero viajaron con el nombre de Jandanls. A partir de los años 60 una empresa brasileña, Havaiana, comenzó a fabricarlas de goma. Pero, este tipo de calzado genera el doble de inconvenientes que ventajas, creando así diversas enfermedades. La podóloga advierte de algunas de ellas:
- Esguinces o torceduras: debido a que es un calzado que sólo se sujeta por una tira entre el primer y segundo dedo, lo que provoca inestabilidad.
- Dedos en garra: al caminar, alternamos un pie en el suelo y el otro en fase de vuelo. Las chanclas obligan a realizar el gesto de la garra con los dedos en la fase de vuelo para no perderla.
- Fascitis plantar: la fascia es una banda de tejido elástico que va desde el calcáneo hasta la zona metatarsal (debajo de los dedos). La inflamación de dicha estructura es lo que produce su aparición; por un lado, el hecho de realizar el gesto de la garra en los dedos aumenta la tensión en la fascia y por otro, al ser un calzado muy plano favorece también la tensión en la fascia y en otras estructuras musculares posteriores de la pierna, como el tendón de Aquiles, gemelos o isquiotibiales.
- Modificación en el patrón de la marcha: realizamos pasos muy cortos con las chanclas, con lo que se altera el funcionamiento normal de la musculatura de la pierna.
Asimismo, causa dolores de espalda, de rodilla y de cadera al caminar. “Las chanclas producen una alteración en la forma de andar. Tendemos a arrugar los dedos para mantener el calzado en su sitio mientras que el talón queda levantado y sin apoyo. Al dar pasos más cortos nuestros talones chocan con el suelo de forma irregular, lo que altera nuestro ritmo natural”, explica Hernáez.
Cómo deben ser las chanclas
Este tipo de calzado debe tener una forma ergonómica y la suela ha de ser de un material grueso. Además, deben ser ajustables al talón, empeine y laterales para dar estabilidad y evitar así lesiones. En cuanto al material, tiene que ser de cuero blando preferiblemente, ya que es un componente que reduce el riesgo de ampollas e irritaciones.
¿Son mejor las chanclas de dedo o los zuecos? Ante esta pregunta, la podóloga responde que no es que haya una mejor que otra, simplemente que hay que reducir su uso excesivo, pero si hay que elegir unas, las más convenientes son los zuecos. “Este tipo proporciona un buen apoyo para el puente del pie, aunque no se debe abusar porque no asegura el talón apropiadamente (tira por detrás). Si el talón no está bien sujeto, tendemos a apretar los dedos pudiendo causar tendiditis y deformidades en los dedos. Mientras que las chanclas de dedo sólo deben usarse en distancias muy cortas, pues provocan sobrecargas en la musculatura posterior, ya que nos obligan a caminar de manera distinta a la habitual”, afirma Hernáez.
Riesgos de hacer deporte con chanclas
Con el buen tiempo y las vacaciones muchas personas tienen más tiempo libre para practicar deporte. La elección de un buen calzado es importante para realizar estas actividades sin peligro de dañar nuestra salud. Es por ello que las chanclas no son el mejor aliado para realizar deporte en verano.
A la hora de hacer ejercicio, el pie siempre tiene que estar sujeto, es por eso el uso necesario de las zapatillas de deporte, que están cerradas, atadas y son estables; además de ser una medida de seguridad por si nos golpeamos. “Debido a la sudoración, las chanclas son más inestables para nuestros pies, debido al material con el que las fabrican (caucho, goma) que al ponerse en contacto con el pueden deslizarse y crear inestabilidad. Dicha inestabilidad en la pisada puede generar algún esguince”, afirma la podóloga.
Pero, según Hernáez, no todo van a ser inconvenientes para este tipo de calzado, también tiene algunas ventajas:
- Los pies pueden transpirar.
- Afecciones como uñas encarnadas y pie de atleta se curan más rápido si el pie se mantiene fuera de un entorno estrecho y húmedo que nos proporciona el calzado cerrado.
- Presentan facilidad para calzarse.
- Protegen la planta de los pies de la arena caliente de la playa.
- Son de fácil limpieza.
Fuente: cuidateplus.marca.com