La anemia es una condición que afecta la salud física y emocional de las personas. Se relaciona con la falta de alegría, seguridad, valor y sentido de la vida. También se asocia con la desvalorización y la exclusión en el ámbito familiar. Las personas con anemia pueden sentirse mal consigo mismas y con los demás, y tener dificultades para tomar decisiones y enfrentarse a los problemas.
La anemia es el resultado de un fuerte sentimiento de desvalorización y falta de ganas de vivir. En metafísica, la sangre representa la alegría de vivir. Por eso, se considera que una persona con anemia posiblemente siente que ha perdido esa alegría. En casos extremos, puede representar la completa falta de energía vital.
La anemia es la falta de hierro en el cuerpo, lo que implica a su vez la disminución de glóbulos rojos en sangre. Esta situación genera una serie de síntomas: palidez de la piel y de las mucosas, aceleración de la respiración y del ritmo cardíaco, y una fatiga muy marcada. También se pueden presentar dolores de cabeza, mareos y zumbidos en los oídos.
Si crees que tu anemia puede trabajarse desde lo emocional, lo primero que debes buscar es en dónde reside tu capacidad creativa. Conectar con esa parte de nosotros mismos suele ser uno de los mejores caminos para recuperar el autoestima. Necesitas empezar a confiar más en ti, y para eso no hay nada mejor que empezar a darte tiempo para hacer aquello que te apasiona. Busca más momentos para estar contigo y hacer lo que te gusta, intenta encontrar esos detalles que siempre te dieron felicidad y que hoy parecen muy lejanos. En suma, deja salir al niño que hay en ti, ese que quiere jugar y tomarse la vida menos en serio. Tienes derecho a divertirte. Tu valor no está en el reconocimiento de los demás.