El síndrome meniscal de rodilla es el conjunto de signos y síntomas presentes en una persona con una lesión meniscal, que puede ser aguda o degenerativa.
El menisco es un fibrocartílago en forma de semiluna, que está presente en la rodilla y tiene una función de amortiguación entre las superficies articulares del fémur y la tibia. Y al mismo tiempo, tiene propiedades propioceptivas y de estabilidad.
Síntomas de una rotura de menisco
Para saber si presentamos una rotura meniscal, primero debemos de saber que las diferenciamos en dos grandes tipos, ya que su tratamiento puede ser diferente.
Por una parte, existe la rotura aguda, que suele presentarse en pacientes más jóvenes. Esta se suele producir a causa de un traumatismo o un giro de rodilla cuando se encuentra en un cierto grado de flexión y en donde durante el mecanismo lesional se puede escuchar un chasquido. Como consecuencia, aparece un dolor agudo en la región interna o externa de la rodilla y un derrame articular con una instauración en las siguientes horas.
Y por otra parte, existe la rotura degenerativa, en la que el dolor no tiene un origen ni causa concreta. En este tipo de rotura, el dolor en menos intenso y, ocasionalmente, solamente se presenta con derrames articulares.
En caso de sospecha de lesión meniscal, siempre es recomendable acudir a la consulta del traumatólogo para confirmar dicha sospecha.
El tratamiento: artroscopia de rodilla
Se trata de un procedimiento quirúrgico por el cual el cirujano ortopédico o el traumatólogo realiza pequeñas incisiones para insertar diferentes herramientas en la articulación de la rodilla. Por un lado, inserta un artroscopio, que es un instrumental que incorpora una cámara pequeña y que envía la imagen al monitor para que el cirujano pueda ver las estructuras con gran detalle. Y por otro lado, inserta diferentes utensilios para realizar la intervención acordada.
¿Cuál es la eficacia de la técnicas artroscópicas?
Al ser un procedimiento que se realiza mediante pequeñas incisiones, permite una recuperación precoz respecto a otras técnicas clásicas y ayuda también a un postoperatorio menos doloroso. Cada vez más, se está utilizando en un mayor número de patologías y de mayor complejidad, siendo excepcional realizar ya cirugías abiertas.